En una jornada que era vista desde el barcelonismo con miedo, el Barça se ha llevado más de media Liga. Lo hizo tanto por su victoria en el Madrigal como por la derrota en casa del Madrid de Mourinho, 9 años después. Y es que quien escupe para arriba, acaba mojándose.
Sorprendió el planteamiento de Garrido de entrada, sacando dos pivotes de contención, anunciando las intenciones de su equipo. También fue novedoso el 11 de Pep, con cinco jugadores no habituales en el centro del campo y arriba. Desde el inicio, se comprobó las intenciones de los locales. Contra lo que es normal en su equipo, el Villarreal esperó al Barça atrás para intentar buscar la espalda de los centrales culés, que eran Piqué y Busquets.
Lo hicieron en los primeros 15 minutos, donde Rossi tuvo dos mano a mano contra Valdés. Las jugadas fueron calcadas. Cazorla en la zona de construcción escorado en la izquierda supo encontrar el pase perfecto para el delantero. Pero ahí estaba como de costumbre Víctor para salvar a los suyos.
El Barça tuvo y tuvo el balón en la primera mitad, pero sin la profundidad de la que se sirve para apabullar a los rivales. La pelota la movía de forma horizontal, desgastando al Villarreal, que corría detrás de la pelota para no dejar huecos. Ni Villa, ni Afellay los pudieron encontrar.
Y es que con toda la banda derecha para Alves, ya que Iniesta se tiraba hacia el centro del campo, la defensa se centraba toda en Villa. Para tapar a Alves estaba Valero, que estaba más pendiente de las internadas del brasileño que de atacar.
Acabó la primera mitad el Barça sin ningún chute a puerta, aunque algo de peligro creó, sobretodo en los primeros minutos, cuando Thiago demostró el por qué Guardiola confía plenamente en él. Salvo algún error, su juego fe sobrio y eficaz, no desentonando en un encuentro de máximo nivel como el del Madrigal.
Todos los defectos detectados en la primera mitad se corrigieron en la segunda. Desde la reanudación el equipo de Guardiola movía más rápido la pelota, las bandas estaban más aprovechadas y Villa tenía más espacio para moverse. Así, en 10 minutos, el Barça dio más sensación de peligro que en todo el primer tiempo.
También ayudó la presencia de Messi, que salió en el minuto 5 por Keita. La posición de Iniesta contribuyó mucho al cambio de imagen. Con dos creativos en el medio, permitió abrir el campo, apareciendo los espacios para el movimiento de los de arriba. Sin ser una avalancha de juego, las ocasiones fueron llegando, hasta que en el minuto 21 llegó el gol.
Fue Piqué tras la salida de un corner. Afellay cabeceó en el primer palo y le cayó la pelota muerta al central, quien remachó a un metro de Diego López que nada pudo hacer para detenerlo. Quedaban poco menos de 25 minutos para que el telón de la Liga se bajase.
El Villarreal tiró de talento. La entrada de Cani por Marchena dejaba a los locales con el dibujo habitual. Pero no cambió nada de la dinámica del encuentro, ya que el Barça estaba lanzado y la conexión entre Iniesta y Messi seguía empujando al equipo local cerca de su portero.
A medida que se acercaba el final, el partido fue un ir y venir de ambos equipos, de área a área. Sin el control que le gusta al Barça y con los espacios que necesita el Villarreal para atacar. En esos momentos, Cazorla tuvo el empate. Fue una jugada similar al gol de Piqué, pero apareció de nuevo "San Valdés", que de forma milagrosa rechazó el balón.
Nada más pasó hasta el final y el Barça se acostó a 8 puntos del Madrid y la Liga casi bajó el telón hasta el verano que viene. Falta muy poco, poquísimo. Pero ayuda a pensar así el calendario del Madrid, el famoso calendario, que tiene que visitar a los primeros clasificados en medio de 5 batallas a vida o muerte. Demasiado cuesta arriba para unos y hacia abajo para otros.
¡¡¡No sabéis qué felices estamos!!!
The Digital Garden
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada