dimecres, 4 d’abril del 2012

La manta del fútbol




Suele decirse que el fútbol es como una manta corta. Cuando quieres taparte el cuello dejas al descubierto los pies y cuando quieres taparte los pies la cabeza pasa frío. Algo le pasó ayer el Barça, que ocupaba permanente las bandas con dos hombres para crear espacios para atacar, pero se partió a la hora de defenderlos.


 


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Esa sensación de descontrol durante buena parte del encuentro, ha hecho que el barcelonismo no esté especialmente eufórico después de pasar a semifinales. Algo que, sinceramente, nos encanta. Porque extrañamente es una crítica constructiva, que intenta y persigue que el Barça siga creciendo y creciendo.


Ayer Alves y Cuenca jugaron 40 minutos enganchados a la línea. Justo después del gol de Iniesta se volvió a la defensa de 4 y con los extremos algo más centrados, sobretodo el Andrés que pasó a ocupar esa posición cayendo siempre al centro para apoyar la circulación de sus compañeros.


A partir de ese instante se jugó mejor, se controló más el juego. No fue por dejar de jugar con 4, sino por jugar mucho más juntos por el centro, que permitía a los jugadores poder corregir más fácil los desajustes normales que se crean durante el juego, faceta en la que Busquets y Alves estuvieron excepcionales.


Con dos extremos pegados, los interiores tienen que jugar en una línea diferente, Muchas veces, Leo y Cesc estaban en paralelo a los extremos, haciendo que Xavi, Iniesta y Busquets estuvieran muy desprotegidos, con mucho campo que abarcar y siempre estaban en inferioridad, ya que a parte de los 4 centrocampistas del Milan, se sumaba Ibra que bajaba mucho para dar el pase en profundidad para la llegada de los hombres de segunda línea.  


Pero cualquier sistema o disposición de los jugadores en un terreno de juego tiene ventajas y desventajas. Siempre se intenta que el rival sea inferior a ti y el Barça lo consiguió en los dos partidos. Lo que sucede es que en los últimos años, el Barça ha sido capaz de no superar al rival, sino de empequeñecerlos hasta parecer una medianía comparado con la entidad de los de Guardiola.


Seguramente, esa diferencia sideral entre los rivales será cada vez más difícil de ver. Los rivales van creciendo en calidad, el Barça va siendo más conocido en mecanismos de juego y las ganas de vencernos son cada día un estímulo mayor para los adversarios. Que con todo esto seamos capaces de intimidar tanto y seguir ganando es para estar  más que orgullosos. Y si encima somos conscientes de ello y trabajamos para no bajar de la élite, es para soñar con un futuro igual de bueno.


No sabéis que cerca estamos de la gloria!!!


The Digital Garden.



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