dissabte, 7 d’abril del 2012

LFP J. 31: Real Zaragoza 1 - F.C. Barcelona 4: Al final la calidad se impuso




Cuando se habla de que los partidos que le quedan al Barça en la temporada son todos auténticas finales, no es por exagerar. A estas alturas, todos los rivales también se juegan el año; por lo que aún aquellos que no tienen los recursos futbolísticos o la capacidad para jugarle de tú a tú al equipo de Pep, lo harán.

Sobre todo aquellos que, como el Zaragoza, deciden hacer del ímpetu su carta de presentación. Ante un Barça que con sus diez victorias consecutivas y sus 161 goles en la temporada está corroborando lo que, con honestidad o con cinismo, se está diciendo acerca de su imbatibilidad, los rivales que también sólo pueden seguir buscando la victoria en cada partido, si no les alcanza el fútbol buscarán nivelar la situación a través de la camiseta bien sudada, la disputa sin tregua de cada balón en cada palmo del maltrecho terreno, la fuerza y la disciplina táctica para obstaculizar en todo lo posible el juego blaugrana.

En el campo florido y reseco de La Romareda, el Zaragoza consiguió imponer las condiciones del partido, también a través de su esfuerzo sin medida, con el que maniató y superó a un Barça que iba a otra velocidad. El partido se convirtió en una lucha, en la que el conjunto blaugrana no lograba hacer su fútbol con fluidez. En medio del desorden, el correr mucho y empujar más hizo que los maños se adelantaran en el marcador. Antes de lograrlo, se encontraron en Valdés una muralla, capaz de detenerle a Aranda el penal que él mismo había cometido en una jugada caótica en el área blaugrana, en la que Lafita cazó el rebote del poste a su propio remate y salió disparado por los aires al sentir la mano del cancerbero culé tocarle el pie (min. 23). Sin embargo, la siguiente parada de Valdés en un mano a mano con Aranda, esta vez recibiendo el balón ligeramente adelantado, caprichosamente rebotó en la calva cabeza del jugador maño y se metió en el arco (min. 29).

Al ver que la cosa se ponía cuesta arriba, el Barça apretó y rápidamente, por fortuna, arribó al empate, aunque de una manera digna de este partido: Un córner al segundo palo pilló la mano floja del arquero zaragocista y el balón le cayó muerto a Puyol, que la empujó al gol (min. 36). Enseguida vino la remontada, cuando un remate de los maños que rebotó en Alves, tumbándolo, permitió que Alexis condujera un veloz contragolpe y habilitara a Messi, quien tras superar el estorbo de Da Silva fulminó a Roberto con un zurdazo al palo corto (min. 38). Antes de terminar la primera parte, el Zaragoza se quedó con diez hombres cuando el ex Barça B, Abraham, sujetó por segunda vez a Sánchez y vio su segunda tarjeta amarilla (min. 45).

Ni siquiera la desventaja numérica aplacó al Zaragoza, que salió a disputar la segunda parte con la misma rabia. El Barça no se amilanó y con un fútbol diferente al acostumbrado, y aportando su propia dosis de lucha, buscó ampliar la ventaja. El ingreso de Busquets por Keita (min. 55), quien no hizo un buen partido y encima estaba amonestado, consiguió llevar calma y orden a la batalla, tornándola en algo más parecido a un verdadero partido de fútbol. Así se pasó a controlar el partido, pero sin conseguir ampliar la ventaja, ya que las oportunidades de gol no se concretaban: Thiago no consiguió llegar a un centro de Cesc porque le cometieron un penal de libro, no señalado (min. 59); Alexis probó las manos de Roberto, esta vez firmes para rechazar (min. 62); y un mal centro de Adriano no encontró a Cesc para el cabezazo, después de que Messi habilitara al brasileño tras bailarse a cuatro defensas maños (min. 73). Mientras tanto, el Zaragoza renovó fuerzas con un doble cambio, y en el Barça salió sustituido Alves, con molestias, por Montoya (min. 67).

La resistencia guerrillera de los locales acabó por ceder, ya que después de tanta pugna, la calidad superior de los hombres de Guardiola supo imponerse. Antes hubo que ver a Messi fallar una ocasión de gol de las que en él parecen fáciles (min. 82), pero pronto tuvo su revancha cuando cobró el penal que Paredes cometió sobre Alexis. A diferencia de los dos que tiró ante el Milan, esta vez Messi no buscó colocar el balón sino que sacudió las redes con un duro remate al centro del arco (min. 85). La goleada se cerró en una brillante jugada, en la que Messi habilitó a Pedro y este batió a Roberto por bajo, ya en el tiempo de descuento. Muy importante el gol para Pedro, que está aportando la cuota de esfuerzo de siempre, pero no encuentra la brillantez en su juego que ha sabido dar.

Fue un partido más difícil de lo que el marcador señala y de lo que auguraba la trayectoria del Zaragoza en la Liga. Pero el equipo maño ahora es diferente, al menos en actitud. La necesidad de darlo todo para salvar la categoría hace de este un equipo que se faja con cualquiera, literalmente. Insistimos en que ha sido la calidad del Barça, hombre por hombre y como equipo, lo que ha hecho la diferencia, porque el de Pep es un equipo que no se arruga y también sabe ponerse el traje de brega cuando el partido lo exige, al menos a partir de que logra entonarse al nivel de juego que propone el rival, como fue en este caso. Con esta victoria se consigue mantener la presión en la carrera por el título liguero y se mantiene la importante racha de triunfos, que sin embargo, debe seguir hasta el final, si se quiere adornar el Museu con las tres copas que todavía se están disputando.

 

¡No sabéis cuánto hay que luchar para seguir siendo los mejores!

 

The Digital Garden. 



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