diumenge, 15 d’abril del 2012

La "inesperada sorpresa" de Alexis




Uno de los principios del barcelonismo es que todo aquel que fiche el Barça que sea delantero centro tarde o temprano jugará alguna vez de extremo. Muchos han sido los que han ido construyendo este pilar, comenzando por Lineker, pasando por Salinas, Hristo, Larsson, Eto’o o Villa, entre muchos otros.


Otro de los pilares fundamentales del barcelonismo es que juegue como juegue el equipo, sus seguidores reclamarán la ausencia de un delantero boya, que sepa jugar de espaldas a la portería, bajar balones y pelearse con las defensas por los balones divididos. Es lo que siempre se ha llamado, tener plan B.


 


La etapa de Guardiola como entrenador, que esperamos se prolongue durante muchos años más, ha servido para que el barcelonismo crea a pies juntillas en  eso que algunos llamamos “cruyfismo” y que otros por su animadversión a Johan lo llaman “estilo Barça”. Ahora muy pocos dudan de que mimar la cantera, de  que el juego de posesión o el justo por el juego por las bandas sean imprescindibles para que el Barça llegue a buen puerto.


Guardiola, como no podía ser de otra manera, ha puesto a 9 puros de extremos( Eto’o e Ibra son el claro ejemplo) y ha renunciado a ese tan manido plan B. O no, porque la llegada de un extremo puro( hasta la llegada al Barça) como Alexis ha hecho que, casi sin querer, el Barça tenga ese tipo de jugador que muchos han reclamado en el pasado.


Alexis en el Udinese y en Italia era un jugador parecido al Messi pre Guardiola. Un jugador encarador, capaz de jugar pegado a la línea de banda y de driblar por dentro a tantos defensas como le salían por el camino. El típico extremo pequeño, rápido, que se pasa el partido tirando desmarques y cuando la pide al pié lo primero que hace es ir a por el defensa a ver si es capaz de desbordar.


Sin embargo, al llegar al Barça parece como si se hubiese olvidado de eso, ofreciendo un aversión casi inesperada de él. Ofrece casi lo opuesto. La mejor versión de Alexis es cuando juega por el medio, tirando desmarques una y otra vez por el centro del ataque, aguantando la pelota esperando la incorporación de sus compañeros desde atrás y peleando todas y cada una de las pelotas divididas por arriba, con muchísimo acierto.


Por su altura y por el estilo de juego del Barça, no es el tanque que baja melones del cielo, pero sí que tiene una capacidad de salto tremenda que le permite pelear muchos de los balones divididos que hay durante el partido. Su fortaleza física o carácter le permiten ir al choque con cualquier central, fijando la marca de los defensas y dejando espacios para que los interiores y Messi sean capaces de aprovecharlos.


Vamos, es todo aquello que se esperaba de tipos como Larsson o Ibra y que pocas veces o nunca pudieron hacer sin que el equipo se viese perjudicado. Desconocemos si Guardiola y Zubi ya intuían esa capacidad en Alexis, pero lo cierto es que es de un mérito enorme ser capaz de advertir esa posibilidad y es de una dificultad enorme la transformación en el juego del chileno, que muestra cada día una adaptación casi perfecta a lo que se entiende como estilo de juego culé, aportando además cosas que hasta su llegada no se tenía.


No sabéis como nos está sorprendiendo Alexis.


The Digital Garden.



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