A todos nos han contado en nuestra infancia el cuento del lobo y las ovejas. Se trataba de un niño travieso que siempre corría por el monte avisando a los pastores de que venía el lobo. Los pastores corriendo guardaban las ovejas para que no se las comiera. El Lobo nunca venía.
El chico repetía la misma broma una y otra vez. Hasta que un día no se trataba de una broma. El lobo vino y se comió a las ovejas. Esto es lo que está a punto de pasar en el Barça. De tanto avisar, Guardiola corre el riesgo de no ser tomado en cuenta. El día que venga, Pep habrá avisado, pero quizá nadie le crea.
Las intenciones iniciales del Barça fueron las de siempre. Presión arriba, equipo compacto y defensa adelantada. Todo lo demás no fue habitual. Se perdió la circulación rápida del balón, no se vio el movimiento sin balón y la búsqueda del espacio libre. Se perdió, en resumen, todo lo que hacía al equipo temible.
Perdido eso se ganó en nerviosismo. Se adelantó el At.Madrid con un gol a balón parado, el tercero en 3 partidos. Pinto midió mal y Sinama a placer puso en ventaja a los colchoneros. Antes, los de Pep tuvieron 2 grandes ocasiones en Bojan y en Busquets. En ambas, Coupet estuvo certero,
Empató rápido el Barça con un golazo de Bojan que remato de cabeza un precioso centro de Silvinho. Pero el virus del nerviosismo estaba ya en el cuerpo de los jugadores. En especial de Cáceres. Estaba completando un partido perfecto. Un mal pase en la zona defensiva, fue a parar a los pies de Agüero, que a punto estuvo de aprovecharlo y marcar el segundo.
A partir de aquí, y ayudado( todo hay que decirlo)por una parte del público poco lista que silbó todas sus acciones posteriores, todo lo que hizo fue negativo para el equipo. Un mal control estuvo, de nuevo, apunto de ser aprovechado por Simao para poner la clasificación a un gol de los colchoneros.
Por suerte, Pinto compensó su actuación en el primer gol visitante y estuvo rápido en la salida a los pies del portugués, evitando que el Barça se fuese al vestuario con miedo. Al descanso empate y la sensación de que cualquier cosa podía suceder y el pase del At.Madrid no era un imposible.
La reanudación no cambio el dibujo del partido. Encuentro de ida y vuelta, daba la sensación de que el gol podía llegar en cualquier momento. Justo lo que necesita un equipo que quiere remontar y al contrario de lo que necesita el que debe conservarlo.
Poco a poco, el punch del At.Madrid se fue diluyendo, hasta que se rompió el Kun, que fue el momento en que los colchoneros bajaron los brazos y ondearon la bandera blanca. Además, Pep dio entrada a Messi con todo lo que ello conlleva.
A los pocos minutos, aunque si su participación, el Barça marcó el segundo dejando vista para sentencia la eliminatoria. Fue en una magistral jugada de Andrés Iniesta, que haciendo un slalom en el carril del 11 dejó el balón a placer a Busquets. Éste remachó a las manos de Coupet, el balón cayó a los píes de Guddy, que con sangre fría daba la victoria a los culés.
Poco más deparó el encuentro. Si acaso sirvió para ensuciar la buena imagen dejada por el At.Madrid. El excesivo juego duro puso en peligro en más de una ocasión la integridad física de los jugadores de Guardiola. Bien harían los árbitros en ser más duro con el juego duro.
Ahora espera el Español en cuartos de final. Derby barcelonés con dos equipos antagónicos. Escucharemos de nuevo a Guardiola decir eso de que en los derbis no se tiene en cuenta como está, que puede pasar de todo, etc.
Y tendrá razón. Por más de que el lobo nunca llega a comerse las ovejas, esto sucede por que el niño, al contrario que en el cuento, dice la verdad. El lobo baja y bien hacemos en guardar las ovejas. A la que una se deje libre ,el lobo se la comerá. Entonces, será demasiado tarde para lamentarse.
No sabéis que poco nos gusta jugar con fuego!!!
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Foto: Sport.es
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