El Barça entró en la cancha con cara de derrotado. Y no solo el equipo, ya que el entorno había dado el partido por imposible después de las 4 prórrogas de Manresa. Los jugadores parecieron hacer lo mismo, a pesar de las buenas intenciones iniciales que permitían ser optimistas.
Salió el Barça con las ideas claras. En ataque balones a D.Santiago para desgastar a Splitter. La idea salió bien. A pesar del 2 a 7 inicial, el pívot brasileño se cargo con 2 personales bien pronto, con lo que la principal arma ofensiva baskonista se tambaleaba, y su poder intimidatorio en defensa también se veía disminuido.
Pero hay cosas que no tienen remedio, o si lo tienen es de muy difícil solución. La dirección de juego naufragó y con 3 balones perdidos de manera tonta, el TAU anotó de manera sencilla 6 puntos, abriendo la primera ventaja importante en el marcador. A partir de aquí, el Barça siempre fue a remolque durante los dos primeros cuartos.
Con 6 puntos de desventaja en el primer cuarto, una fenomenal racha de Rakocevic rompió el partido completamente, llegando a tener el TAU una diferencia a su favor de 18 puntos. En defensa el Barça hacía aguas, no llegando nunca al pase extra que permitía tirar solos a los exteriores de Ivanovic.
Por fortuna el Barça pudo reaccionar. Con un 5 en pista muy batallador, ensució el partido, rompiendo el ritmo impuesto por Priggioni. Esto unido al despertar de Navarro, propició que los locales se pusieran a 7 y con posesión. Pero de nuevo unos ataques sin sentido permitieron al TAU anotar con facilidad.
No se pueden dar regalos al TAU, que lo aprovechó y de que manera. La diferencia volvía a oscilar por encima de los 10 puntos para acabar con el 34 a 45 que reflejaba el marcador al final de los dos primeros cuartos. Todos los que estaban viendo el partido tenían la sensación de haber visto ya la película.
La reanudación no cambio mucho el escenario. El TAU manteniendo el ritmo y el Barça con sus altibajos ciclorítmicos. Cuando se desenchufaban, la ventaja aumentaba haciendo pensar que el encuentro estaba sentenciado. Cuando se conectaban, la diferencia se reducía, pero nunca llegó a poner en peligro el encuentro.
Tanto es así que la mínima distancia en el tercer cuarto fue de 6 puntos y en el cuarto de 5. Justo en esos instantes, el acierto desde la línea de 3 mantuvo a flote a los victorianos. Primero fue un convidado de piedra como San Emeterio y luego, cuando el Barça por primera vez creyó en la victoria un triple de 8 metros de Priggioni sentencio el primer partido de la serie, siendo el resultado final 75-84.
Una serie que esperamos que sea larga, pero que mucho tendrá que cambiar lo visto para que nuestros deseos se cumplan. Y es que nunca hemos tenido la oportunidad real de ganar, siendo el único equipo de los que jugaban en casa que ha perdido.
Si el cierto en los triples del TAU( 11-24) se mantiene y el desorden en la dirección de juego del Barça perdura poco o nada habrá que hacer. Veremos si no ha sido fruto del cansancio del pasado domingo. Porque si pensamos que llevamos 7 partidos sin ganar al TAU y que los protagonistas son casi los mismos, igual no hace falta jugar nada más…
No sabéis lo desanimados que nos hemos quedado.
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