Líneas y líneas hemos dedicado al juego preciocista y eléctrico que el Barça está llevando a cabo durante toda la temporada. Establecido ya como uno de los referentes del fútbol mundial y admirado por poseer un estilo propio, una denominación de origen, este Barça ha demostrado en las últimas semanas, que a parte de ser una máquina perfecta de fútbol, tiene además, 2 valores vitales en este deporte: fuerza mental y perseverancia.
En el último mes de competición, el Barça ha tenido que remontar un resultado en hasta 4 ocasiones. Primero fue en Mestalla, empatando in extremis, luego en el Bérnabeu, pocos días más tarde, el Iniestazo neutralizó el gol de Essien, y por último ayer, otra vez en Mestalla, esta vez en la final de Copa.
Y es que Pep Guardiola ha sabido transmitir a sus pupilos el no rendirse nunca, el pelear el partido hasta el último segundo. Esta temporada, en ningún partido, hemos visto a un Barça entregado a su rival, solo en aquella primera mitad en Lyon el Barça parecía haber perdido el rumbo.
Hasta en 15 ocasiones los de Guardiola han neutralizado o superado un resultado adverso. Esto prueba que esta plantilla tiene una fuerza mental y una confianza en si misma descomunal.
Incluso si recordamos los partidos que se han perdido, vemos que se habrá podido jugar mejor o peor, pero siempre se ha llegado con opciones hasta el final del partido (no se ha perdido ningún partido por más de 1 gol)..
Esta característica es algo fundamental en los proyectos ganadores.. algo que se fundamenta y se adapta al ADN ganador del equipo a medida que se van sumando las victorias. Y ayudará a neutralizar el vago argumento que utilizan, todavía…, algunos recordando que si la jugada de Drenthe ante Valdés en la primera vuelta hubiese entrado la cosa sería distinta…olvidando que ya se remontó en el Bernabeu y en tantas y tantas ocasiones.
El ejemplo más reciente que tenemos es el partido de ayer. El equipo no encontraba la salida del entramado defensivo montado por los bilbaínos, no había manera de poder combinar en la zona ancha del terreno de juego. De repente, hubo 2 acciones que encendieron la bombilla a la maquina azulgrana.
La primera fue el arranque de Touré Yaya que supuso el empate, y el otro fue una entrada que Koikili le propinó a Messi. Del inicio del partido hasta esa entrada, Messi había pasado casi inadvertido en el partido. Pero a raíz de dicha entrada, la Pulga destapó toda su esencia capitaneando así, al Barça hacia su primer título este año.
Fueron 2 arrebatos, de coraje, de amor propio, que metieron al equipo en la final. Lejos quedan ya esos momentos de la temporada pasada en los que cuando se encajaba el primer gol en contra, el equipo se venía abajo cual castillo de naipes.
Este Barça es bueno incluso en las facetas más psicológicas del juego. Eso va caro en el mundo del fútbol.
¡ No sabéis lo que admiramos a esta plantilla!
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