divendres, 29 de maig del 2009

UN DÍA CUALQUIERA EN ROMA




Han pasado poco más de dos días desde que el Barça ganó la tercera Champions de su historia, el primer triplete del fútbol español y el corazón de gran parte de aficionados al fútbol. Pero si algo se confirmó en el partido, fue el excelente comportamiento que tiene la afición culé en las finales.


Sencillamente es descomunal pasear durante todo el día por Roma, y ya pasó lo mismo en París, y ver como solo el azul y el grana son los únicos colores que se ven. Quizá fue porque toda la ciudad se volcó en animar al Barça. Desde la calle, balcones o tiendas, todos se acercaban a desear suerte a los culés. Y si no, vean la Fontana de Trevi y si encuentran más de 10 camisetas del United nos lo dicen.


 








<p><a href="http://www.youtube.com/watch?v=_K27R8P8Ow8">http://www.youtube.com/watch?v=_K27R8P8Ow8</a></p>


 


Pero no todo fue bueno en Roma. Italia es país fantástico, maravilloso, pero en organización está a la cola del primer mundo. La zona oficial para los aficionados en la ciudad quedaba dividida en dos por el Coliseum, privando  que se consiguiese un ambiente como dios manda.


Por si no fuera poco, los accesos desde el aeropuerto a la ciudad en la ida y la entrada al estadio fueron absolutamente lamentables. Se cambio dos veces sobre la marcha el lugar donde los autocares barcelonistas debían dejar a los aficionados en llegada a la ciudad. A la vuelta, solo el buen hacer del RACC consiguió que nadie se perdiese, ya que el sitio de reunión después de la final también fue cambiado sobre la marcha


Aunque sin duda, lo más decepcionante fue la forma en que se ideo la zona de relax y reunión de ambos equipos. Situada en las inmediaciones del campo,  era necesario enseñar la entrada para entrar a él, y privaba a todo aquel que quisiera disfrutar del ambiente de hacerlo.


Esto trajo consigo que para acceder a los asientos,  a la que se podía acceder de forma más sencilla de no haber estado la zona de relax, hubiese que pasar por ésta, obligando a todo el mundo a caminar durante 20 minutos alrededor del campo. Como ven, un lío que perdonas por ser una final, pero que te da que pensar si Italia está preparada para acoger este tipo de acontecimientos.  


Afortunadamente, el tema de los DNI fue arbitrario, y a muy pocos se los pidieron. Decimos esto porque en una parte de la zona del Barça se registraron colas de una hora para entrar. Desconocemos la causa, nosotros entramos rápido y sin problemas, como se puede ver en este video.


 








<p><a href="http://www.youtube.com/watch?v=rtYeRrMT16o">http://www.youtube.com/watch?v=rtYeRrMT16o</a></p>


Pero si hemos dicho al principio que Italia es un país maravilloso lo es por el amor al arte que tienen. El país es sinónimo de belleza, de arte, de elegancia. En la zona antes comentada, había un DJ en vivo mezclando la música electrónica del momento. Decimos mezclando porque era así, brutal para los amantes de este tipo de música, aunque la verdad, es muy poco futbolero y la gente no lo disfrutaba  como invitaba la ocasión. Vean el video, para los amantes de Ibiza, es como el Bora Bora pero sin chicas en bikini…


Sin embargo si fue muy futbolero lo siguiente. Y es que  si hubo algún momento emocionante en la final, este  fue, sin duda, la salida de los jugadores al campo. Más de uno lloró antes de comenzar el partido al ver lo que se había preparado para la ocasión.


Estaban justificadas. Claro que sí. Andrea Bocelli de pie, con el micro en la mano, el himno de la Champions sonando de fondo, el cantándolo, de repente se entremezcla otra canción y también comienza a cantarla. Era el “Now are free”, y el efecto que consiguió fue extraordinario. No hay palabras para describirlo. La final no podía tener mejor comienzo.








<p><a href="http://www.youtube.com/watch?v=lSQtTSzqSJc">http://www.youtube.com/watch?v=lSQtTSzqSJc</a></p>


 


Del partido poco podemos decir que no se haya dicho. Quizá un apunte. Visto repetido el partido por TV se confirma la sensación que se tenía en el estadio. La afición del Barça se comió con patatas a la del United, como ya hizo 3 años antes con la del Arsenal.


Puede tener muchas interpretaciones. Pero para nosotros la razón está clara. Los aficionados que viajan con los ingleses no son los más ruidosos porque se tratan de los tribuneros de allí que tienen más entradas que el resto. Además, la gente del Barça cuando viaja se transforma, a quienes escriben esto nos pasa. No chillamos en el estadi ni la mitad que fuera. Porque? Pues no es lo mismo estar fuera y querer conquistar el mundo que estar en tu casa. Es triste, sí, pero es la realidad. Bendita realidad por otra parte.


 


Al final del partido vuelta a la Italia caótica inmersa de pleno todavía en el siglo XX. Estamos contando esto porque tuvimos suerte. Sí, podríamos haber formado parte de una catástrofe si solo 10 personas se hubieran cansado  y hubiesen alborotado un poco el tema.


Nos explicamos. A la policía local no se le ocurrió nada mejor que retener a los aficionados del Barça en medio de los vomitorios para que no se mezclasen con los seguidores del United, que estaban, sin exagerar, como a 10 minutos andando de donde salíamos nosotros, con el agravante que nadie del United tenía autocares en nuestra zona.


Bueno, pongamos que entendemos la precaución. Lo que es inexplicable, pero del todo, es que en medio de las escalares se forme una barrera humana formada por policías impidiendo a la gente bajar. Los vomitorios lleno y desde la barrera más de 20 escalones. Una mini avalancha y desgracia segura.


Por si no fuera poco, el final de las escaleras no daba a la calle, sino a un recinto amplio, vallado, donde solo tenían acceso los de la zona del Barça. Por mucho que les decíamos que dejasen bajar las escaleras y quedarnos allí, no había forma de hacerles cambiar de opinión.


 


Por cierto, un apunte. En la zona destinada al Barça había más de uno, más de dos y más de tres seguidores del United. Serían unos 100. La revente hizo su agosto y como no, los ingleses al tener más dinero que nosotros son los que compran estas entradas. Casi imposible poner freno a esto.



 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 



 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


Una vez fuera de la ratonera, como ya había avisado el RACC durante el viaje, los aviones de vuelta no estaban numerados y se irían llenando a medida que fuese llegando al gente. Cuentan que fue caótico, pero nosotros a las 03.00horas ya estábamos en la ciudad y con la emoción en el cuerpo.


Nos dejamos muchas cosas, como que nos encontremos con el padre de Don Andrés Iniesta, el video que nos hizo Ojeda de Radio Marca en el que rajábamos de Paco García Caridad y que no ha visto la luz,  y muchas cosas más que nos vendrán a la mente cuando estemos más relajados.


 



 


No sabéis como disfrutamos en Roma!


The Digital Garden



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