Intentar elaborar cualquier teoría que gire alrededor de cómo puede afectar al Barça la ausencia de Abidal por enfermedad es un esfuerzo inútil. Sólo los jugadores y las personas de dentro del vestuario saben lo afectados que están y cómo pueden intentar tirar hacía adelante cuando un amigo y compañero está en esa situación.
A lo largo de la historia del Barça, el club ha vivido situaciones semejantes a esta. Muchas con final feliz, algunas con un final trágico. En honor a aquellos que consiguieron que el club tirase hacia delante, nos gustaría recordar varios de esos casos.
El primero y más triste de todos fue la muerte de Benítez, lateral derecho de los años 60, pocos días antes de un clásico que decidía la Liga. Murió intoxicado en Andorra. El barcelonismo le tenía en una estima especial al jugador, que fue despedido por más de un millón de personas por las calles de Barcelona. El clásico quedó 0 a 0 y el Madrid se llevó la Liga.
En la primavera de 1979, la culerada estaba planeando el viaje a Basilea, para presenciar la final de la Recopa. Pocos días antes del partido, un terrible accidente de tráfico dejaba entre la vida y la muerte a la mujer de Hans Krankl, Inge. La mujer necesitaba sangre y toda Barcelona se volcó a donar, llegando a saturar los bancos de sangre de los hospitales. Al final, Inge se salvó, la final se ganó y como dice Krankl, ellos llevan la sangre de toda la ciudad.
http://elpais.com/diario/1979/05/08/deportes/294962431_850215.html
En 1981, el Barça era líder de la Liga con cinco puntos de ventaja a falta de seis jornadas por jugarse. Cuando se soñaba con volver a ganar una Liga siete años después, el secuestro de Quini sobrecogió a todo el mundo. El equipo se hundió por completo y ni la posterior liberación del delantero hizo que el equipo ganase la ansiada Liga, que terminó ganando la Real Sociedad. Quini perdonó a sus secuestradores, ganándose así todavía más, el corazón de todos los aficionados.
http://www.tiempodehoy.com/cultura/historia/el-secuestro-de-quini
La llegada de Maradona llenó de esperanza al culé, que se veía capaz de todo ya que en su equipo tenía a dos de los cinco mejores jugadores del mundo: Schuster y "El Pelusa". En su primer año, cuando parecía que la química entre los dos cracks comenzaba a dar sus frutos, el argentino contrajo la hepatitis B. En aquella época, sin tantos avances, el miedo invadió la ciudad y el equipo no pudo competirle la Liga al Athletic Club de Clemente.
http://elpais.com/diario/1982/12/30/deportes/410050806_850215.html
La historia del Barça está llena de momentos difíciles. De todos ellos el club ha salido avante. En todos ellos, la afición ha estado más cerca de los suyos que nunca. Esta vez, como pasó el año anterior, no será distinto: Abidal es un jugador que con el tiempo, se ha ganado el aprecio de todos. Seguro que dentro de veinte años, explicará a todo el mundo cuánto cariño le dimos los culés.
No sabéis cómo animamos a Abidal.
The Digital Garden.
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