El Barça encarriló el partido muy rápido. Fue suficiente media hora de un juego espectacular, donde la pelota circulaba a tal velocidad que hacía inútil la presión local, que llegaba siempre tarde a robar, dejando demasiados espacios a sus espaldas. Leo y Xavi marcaron los dos únicos goles de la noche, en una victoria culé más complicada de lo que indica el marcador.
Bien es cierto que en la primera parte Palop estuvo sensacional y evito con sus intervenciones que la segunda parte no tuviese emoción. Pero tras la reanudación, fue Valdés quien tomó el relevo y en un par de ocasiones mantuvo la renta de su equipo que se diluyó como un azucarillo tras el descanso.
Pero lo que se vio en los primeros 45 minutos fue la mejor versión del Barça en lo que va de año. Salía el Barça con el mismo equipo que le metió 7 al Leverkusen. Pero hubo un cambio. Pedrito comienza a parecerse al jugador que retiró para el fútbol de primer nivel a Henry. Sus desmarques constantes ofrecían siempre un pase a sus compañeros mientras volvía locos a los defensores locales.
Le faltó acierto de cara a gol. Suyas fueron las primeras ocasiones del partido, pero Palop se interpuso en su camino. Fue Xavi quien abrió la lata, tras transformar de forma espléndida una falta muy escorada hacia el lado izquierdo del ataque. Se había llegado ahí por el coraje de Adriano, que realizó un formidable partido y quien en un arrebato ofensivo subió y cuando se plantaba solo en el área recibió la falta que después metería Xavi.
Pasaron tan solo 7 minutos para que Messi hiciese una obra de arte. Ha metido muchos goles, pero el que se vio en Nervión fue de los mejores. Con eso está todo dicho. Después de recibir varias patadas de Spajic, le encaró, le tiró un caño en seco increíble. Esta acción le dejó solo delante de Palop. Entonces imaginó una vaselina al lado opuesto. La ejecutó con sangre fría, marcando el segundo. Todo esto a una velocidad de vértigo e iniciando la jugada casi parado. Una jugada de otro planeta.
Como de otro mundo parecía el juego del Barça. De puerta a puerta el Barça llegaba tocando. Como siempre, pero a una velocidad más. Mucho más vertical que de costumbre, cada pase superaba una línea de presión. Quizá ayudo que Xavi, Cesc, Iniesta y Leo jugasen más juntos de que costumbre, empujados por una defensa que mantuvo en la primera mitad la línea muy arriba, haciendo que cada ocasión culé fuese un mano a mano con Palop.
Pero todo cambió tras el descanso. Al no sentenciar, el Sevilla creyó en la victoria, La defensa se retrasó mucho por el empuje local. Los balones divididos se perdían todos y Kanoute superaba siempre a Piqué, desbordado durante todo el encuentro. Pero cuando lograban tener alguna oportunidad, Valdés volvió a aparecer para dejar la portería a 0 y salvar los tres puntos, aunque el Barça tuvo dos oportunidades en las botas de Iniesta y Pedro para sentenciar.
Con la victoria en Sevilla, el Barça logra por primera vez en la temporada 3 victorias seguidas fuera de casa. Un bálsamo en una semana llena de malas noticias y en la que la más deseada no llegó. Aire fresco para coger ritmo ante el calendario frenético que espera en las próximas 9 semanas.
No sabéis como disfrutamos con Messi!!!
The Digital Garden.
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