dissabte, 3 de març del 2012

LFP J. 25: F.C. Barcelona 3 - Sporting de Gijón 1: Retroceder nunca, rendirse jamás





 

Era de esperarse que el partidofuera difícil, porque es la costumbre del Sporting hacer trabajar horas extraal Barça, y por las ausencias de Messi y Busquets, jugadores normalmentedecisivos para superar a equipos luchadores y pegajosos como el de Gijón. Perola sensación de dificultad para sacar los tres puntos que se llegó a vivir enun momento dado del partido, sin duda superó cualquier expectativa.


Lo que sí sucedió como se esperabafue el planteamiento inicial del Sporting. De Clemente no se podía esperarmenos que dos líneas de cuatro a la entrada del área y los 11 jugadores metidosen su propia mitad del campo, cerrando al máximo posible los caminos hacia elarco defendido por Juan Pablo. El Barça se armó de paciencia y mucho toqueen corto para tratar de abrir brecha en semejante red de trincheras, pero noconsiguió llevar mayor peligro, salvo el remate desviado de Pedro a la salidade un córner ejecutado por Xavi, cuando apenas se estaba dentro del segundominuto de juego. Quizás faltó más cambio de ritmo y más desborde en el unocontra uno, porque el dominio del balón por parte del cuadro culé era absoluto,pero las ocasiones de gol no llegaban. Sin duda, faltó Messi.


Los locales no lograban tampocoforzar jugadas de bola muerta que pudieran ayudarles a superar la barricadasportinguista; ni siquiera cuando se internaban al área y eran derribados, comocuando Alves cayó, empujado por Gálvez (min. 17), y Keita visitó el suelo (min.39). Sobraba espacio para que Piqué y Mascherano se adelantaran e intentaranaportar a la ofensiva, pero hasta la magnífica jugada del primer gol culé,parecía que el Gijón se iba a salir con la suya. Entonces, Adriano y Keita secombinaron en la clásica jugada de pared, el brasileño ganó la línea de fondo yle sirvió el balón a Iniesta, que batió a Juan Pablo por bajo (min. 41). 


Sensación de alivio para la aficiónblaugrana, que podía ahora pasar los minutos del descanso de mejor humor. Noimaginaba nadie cuán poco tardarían las cosas en torcerse, cuando reciéniniciado el segundo tiempo, un balonazo del Sporting que aterrizó a la entradadel área culé, provocó que Piqué y De las Cuevas se trenzaran y cayeran. El árbitrovio falta y expulsó al canterano barcelonista con tarjeta roja directa (min.45). Si ya la perspectiva de enfrentar toda la segunda mitad del partido condiez jugadores auspiciaba grandes dificultades, enseguida al Barça se levino la noche cuando Barral, recién ingresado, se adelantó a Valdés y metió elgol del empate (min. 49).


Sin duda que el ambiente en el CampNou se tornó muy difícil de soportar. Con la grada en ebullición, un hombremenos en el campo y la clase de partido que había hecho el rival hasta esemomento, que es de las que exasperan a cualquiera, cabía esperar el caos en lasfilas blaugranas. Ciertamente, la expulsión y el empate fueron mazazos y sevivieron largos minutos de nerviosismo y confusión. Pero está sobradamentedemostrado que a este Barça no le falta carácter ni calidad parasobreponerse a las situaciones más difíciles; y tener que superar al Sportingde Gijón no iba a ser una situación peor que tantas otras ya vividas yvencidas. 


Al Sporting se le ponía el partidode cara, pero le faltaron las fuerzas, o el coraje, o la ambición que senecesita para doblegar a un equipo como el Barça; al que cualquier cosa dela que adolece el Gijón, le sobra, y justifica el rimbombante título de estacrónica. Con Xavi e Iniesta en el campo, no hay rendición ante ningún rival.Los amos del centro del campo tomaron las riendas del equipo, que ademásencontró con el ingreso de Tello y Alexis Sánchez, nuevas armas para continuarel asedio a la fortaleza defensiva sportinguista, y con el apoyo de una gradaefervescente, que terminó de explotar tras un entrevero en el área en el que enmedio del barullo, el rojillo Nacho Cases tocó el balón con la mano (min. 68).


Justamente un pase del chileno aKeita habilitó al malí para acomodarse y con la marca encima, batirsensacionalmente a Juan Pablo con un golazo por la escuadra (min. 79). Locelebró con todo el africano y el barcelonismo entero con él, porque su golpermitió ver por fin la luz al final de ese túnel que era el partido. Ya seveía cerca la luchada victoria, que se terminó de confirmar con el gol de Xavi,a tremenda asistencia de Iniesta (min. 87), un jugadón para premiar el gransegundo tiempo que se jugaron ambos, sobre todo el de Albacete, desequilibranteayer como en sus mejores momentos.


Se han visto mejores partidos en elCamp Nou, pero el de ayer puede volverse especial por la demostración que dioel equipo, tanto de calidad como de carácter. Sin importar que el rival notenga los mejores atestados, un partido que se pone como el de ayer requiere deun gran equipo para sacarlo adelante. Cuando parece que hay que luchar con todoy contra todos, el espíritu de los verdaderos campeones es el que hace ladiferencia. Bueno, los nuestros son verdaderos campeones. De aquí al final detemporada, tendrán que seguir demostrándolo, no cabe duda de que los obligarána ello.


 


¡¡¡No sabéis cómo nos enorgulleceel Barça!!!


 


The Digital Garden.



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