Guardiola está algo molesto porque considera injusto el trato que se le está dando al equipo. Lo estaba antes del partido contra el Arsenal y lo está después del encuentro contra el Ath. Club. Se le nota en las respuestas en las que en un par de ocasiones ha contestado de malas maneras, que no mala educación, a periodistas cuando no ha estado de acuerdo con las preguntas.
Pero como nosotros si creemos a Guardiola, y le escuchamos con atención, es él quien nos dice que el equipo no está a fino. Después del encuentro contra el Atlético de Madrid dijo “dijo que así no se gana el Real Madrid en la Copa”. Ese partido el Barça fue más superior al rival de lo que lo fue contra el Arsenal el pasado miércoles.
Eso no equivale a decir que el Barça jugó mal, porque sería decir una mentira. Pero también lo es decir que de 10 partidos como ese el Barça ganaría 9. Y es que es difícil ganar el 90 % de los partidos cuando tu equipo genera solo dos ocasiones más de gol que el rival y llega al área 5 veces más que el contrario.
Tal vez algunos tengan la idea de que el Barça fue muy superior porque el control del partido siempre fue culé excepto en los primeros minutos de cada mitad, y que las ocasiones de gol del Barça fueron muy claras. Pero las del Arsenal también las fueron y solo una actuación excelente de la defensa culé y del portero Valdés privó de tener una sensación diferente.
Y es que el Barça jugó un partidazo, pero el Arsenal también. Siendo difícil cuantificar cuanto de cerca se quedaron ambos del máximo de su potencial, los dos equipos exprimieron al máximo sus virtudes e intentaron minimizar sus debilidades. Así, los de Pep hicieron del juego de posición su baluarte para romper la defensa rival y los londinenses potenciaron las transiciones rápidas y con pocos toques para dañar a su contrario.
Revisionando el partido del año pasado y de este, uno se da cuenta de varias cosas. La primera es que Pep sabe que no dice la verdad cuando afirma que este año se jugó mejor que el pasado. Eso es imposible, ya no solo por los primeros 20 minutos, sino por el poco peligro que crea el Arsenal en todo el encuentro.
La segunda es que no se le puede achacar al Barça de exceso de conformismo. El segundo gol llega después de que el Arsenal pillase en una contra a loa blaugrana, que les costó bajar después de finalizar equivocadamente una jugada de ataque en la que había jugadores en la frontal del área rival.
La tercera es culpar a la entrada de Keita al campo de los males de los últimos minutos. El Barça desde el minuto 67 hasta el gol del Arsenal en el 75, encierra el rival en su campo. Éste apenas toca pelota, sufre como nunca sin balón y solo malos controles de Messi en la frontal le privan de sufrir mucho más. Después del gol sucede lo mismo y solo con ventaja en el marcador el Barça se vuelve loco y concede alguna contra peligrosa, pero también es capaz de generarla.
Por último uno se da cuenta que lo que los de Guardiola hicieron el año pasado conviene no utilizarlo jamás para comparar nada. Es algo que muy posiblemente no verá ningún aficionado al fútbol. Comparar cualquier actuación con esa es condenar al comparado a la derrota, ya que fue la expresión máxima del fútbol entendido como un deporte colectivo.
Entendemos y compartimos la indignación de Pep con el trato al equipo, aunque no nos guste como lo manifiesta de vez en cuando el míster. Pero no entendemos los excesos endogámicos del entorno. Jugando la vuelta como en la ida, el Barça se jugará la Champions a una moneda al aire. Porque nosotros podemos acertar, pero ellos también. Y es que Guardiola ya lo dijo, jugando como contra el Atlético no ganaremos al Real Madrid…Le faltó decir ni al Arsenal.
No sabéis las ganas que tenemos de que llegue el 8 de marzo!!!
The Digital Garden.
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