El respeto por una competición no se muestra haciendo jugar a los titulares sino con la actitud de quienes jueguen. Y más allá de lo mejor o peor que haya jugado el equipo de Guardiola hoy, la intención con que han salido al campo y la intensidad mantenida durante todo el encuentro es toda una demostración que con Pep no hay ningún trámite.
Resulta difícil e injusto juzgar de forma individual a los hombres que ha sacado Pep. Todo suplentes menos Busquets, de central, y Alves. Algunos han tenido detalles buenos, otros han pasado desapercibido y algunos lo han hecho mal. Pero en líneas generales, el equipo ha sido reconocible y ha ofrecido una imagen positiva.
Los goles han sido preciosos. El primero de Adriano en una carrera de más de 50 metros por el lateral zurdo terminada con un una excelente definición. El segundo marcado por Thiago en una jugada iniciada por él, donde remata un centro de Alves con un cabezazo digno de los mejores 9 del mundo.
Del tercero más que destacar la jugada y el chute de Afellay, sorprende la enorme ilusión que le ha hecho al chaval marcar su primer gol con el Barça. Con la cara y sus gestos pagaba. Una imagen valía más que mil palabras. Jugadores que tienen esas reacciones nunca pueden hacer mal en un vestuario, y menos si muestra detallazos como los que ha dejado durante el partido de hoy.
También ha servido el encuentro para probar a Busquets de central. Quizá sea lo único negativo de la noche. No se ha encontrado en ningún momento a gusto, quizá provocado por la temprana tarjeta que ha visto que le ponía en peligro su presencia en la final del 20 de abril. Pep lo ha substituido en la reanudación, dando entrada a Piqué.
LA FINAL SERÁ UN CLÁSICO
Un partido sufrido, duro, igualado, con ocasiones para ambos equipos, donde el Madrid ha jugado con el resultado de la ida pero en el que ha vuelto a mostrar todas las carencias que viene enseñando en los últimos encuentros.
No domina nunca los tiempos, el rival le domina y aunque suele hacer más ocasiones que el contrario por tener más calidad, concede muchísimas . Unas veces sale bien como hoy, pero algunas otras no y es entonces cuando aparecen todas las dudas.
Resulta curioso ver como el mismo entrenador que se queja del cansancio de sus jugadores no mete ningún cambio hasta el minuto 82 de partido con todo ya decidido. Por mucho que Mou haga ver lo contrario los problemas del Madrid no son de físico.
Pero está en la final y en abril seguro que el Madrid tendrá otra cara bien distinta. Ahora tocará pensar donde se juega. Nosotros lo tenemos claro, o en Barcelona o en Madrid. Las dos aficiones más grandes se merecen los mejores escenarios. O Camp Nou o el Bernabeu. No deben haber más opciones. Por más que pensamos, no encontramos argumentos en contra de esos dos escenarios.
No sabéis que mes de abril nos espera!!!
The Digital Garden.
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