Ya ha empezado la Champions de verdad. Se acabaron las fases previas con rivales exóticos y las especulaciones con los puntos. Ahora es el todo o nada. El seguir soñando con Wembley o el irte para casa.
Justo cuando llegan los octavos de final, es cuando nos echamos las manos a la cabeza por lo tarde que llegan los partidos como el que se vivirá este miércoles en el Emirates Stadium.
Por estilos, es quizás el mejor partido que puede deparar el fútbol europeo ahora mismo. Dos equipos que apuestan por tener el balón, jugar rápido y mirar siempre hacia adelante. Sobre esto ya está todo dicho. No aportaríamos nada nuevo.
Lo que si nos parece interesante es en como encaran los dos equipos el partido de mañana teniendo como precedente lo acontecido la temporada pasada.
El Arsenal fue la víctima de los que quizás fueron los mejores 45 minutos del Pep Team en estos 3 años. El Barça barrió literalmente a los de Wenger quitándoles el balón y mareándolos de una manera escandalosa que sorprendentemente no aportó ningún gol. Curiosamente los goles de Ibra llegaron cuando las fuerzas se iban igualando.
Y de ello parece haber tomado nota el conjunto gunner. Tanto Arsène Wenger como Fábregas han admitido que salieron con un excesivo respeto al terreno de juego y que eso les pasó factura a la hora de competir.
Ambos han afirmado que perderán ese miedo y que saldrán a tutear al campeón de todo.
Y eso nos tranquiliza un poco. Si el Arsenal sale a por el Barça y los de Pep tienen el día medianamente fino, los londinenses pueden hacerse el hara kiri. Si Xavi, Iniesta, Busquets y Messi se asocian y rompen las dos primeras líneas de presión, el Arsenal puede verse en la misma tesitura que el año pasado. Quizás la suerte les vuelva a acompañar, o quizás no.
Es hablar por hablar, quizás somos demasiado aventurados, pero lo que si que está claro es que quien consiga hacerse con el balón tendrá una gran parte de la batalla ganada.
El Arsenal contará con Nasri, quien juntamente con Cesc, es uno de sus principales jugones y que sin duda, es pieza fundamental para disputarle la posesión al Barça.
El Barça por su parte, no debe desviarse un ápice de su hoja de ruta. Balón, balón y más balón. Para ello se intuye casi con total seguridad el once de gala.
Solo la duda de si habrá “guardiolada” o no. Viendo lo que nos hizo sufrir Walcott el año pasado y que Maxwell todavía tiene pesadillas con él, no habría que descartar la ubicación de Mascherano de central (cosa que ya pasó en Gijón), para tirar a Abidal al lateral e igualar así los kilómetros por hora del extremo británico.
En definitiva, tres protagonistas para un sitio en cuartos de final. Barça, Arsenal y el balón. Quien quede fuera de los focos, corre el serio peligro de quedar también fuera de Europa.
¡ No sabéis lo que nos jugamos mañana ¡
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