Pocos partidos en la historia del Barça habían tenido tan poca y tanta trascendencia a la vez. Un partido de sentimientos totalmente contradictorios.
Por un lado, el partido, debemos admitir que el partido en sí, tiene poco interés. El atractivo en lo meramente futbolístico es nulo. Quitando el aliciente de ver a canteranos jugar o a Afellay, el resto poco interés posee.
Diríamos que sería incluso entendible, que diera pereza ponerse delante del televisor ante un partido que prácticamente no tiene ninguna motivación para el aficionado.
El 5-0 de la ida y la debilidad del rival ponen muy cuesta abajo la clasificación para la gran final de copa.
Pero a su vez, el partido es otro momento histórico más, el enésimo, para el Pep Team, quien tiene en su mano volver a jugar una final. Suficiente argumento como para sentarse mañana en el sofá y disfrutar en primera persona de la clasificación.
Guardiola, como todos sabemos, es más de la segunda opinión y muestra de ello es que se ha llevado a toda plantilla a Almería. Pep quiere que todos y cada uno de sus hombres se sientan partícipes del enésimo éxito de su plantilla.
Pero a su vez, jugará con jugadores no habituales para descargar de minutos a varios de sus pilares. Esperamos, por ejemplo, que Messi descanse de una vez, al igual que Xavi, Pedro o Villa.
Damos por seguro que Iniesta no estará ni convocado por su lesión en el hombro.
Así pues, mañana esperamos ver un once con Milito, Fontás, Bojan y Thiago entre otros.
Mañana por fin, sabremos quien acompañará al Barça el 20 de abril en la final de Copa. El Sevilla y el equipo que no está acostumbrado a jugar 2 partidos en 3 días se disputarán una plaza en la final una vez el partido de Almería haya terminado.
Ahí el aliciente y el morbo estará garantizado. Veremos que pasa.
¡ No sabéis las ganas que tenemos de ganar la Copa ¡
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