Ganó el mejor, ganó el Barça, que iguala al Madrid en trofeos coperos, ambos con 22. Lo hizo con Anderson como estrella, con Sada y Grimau como eternos escuderos, y con Pascual coronándose como un enorme estratega, ya que con un equipo lejos de su mejor momento, consigue imponerse a todo aquel que se pone por delante.
Solo el desacierto en los primeros ataques del Barça privó de un inicio de partido idéntico a los últimos choques entre ambos, ya que el Madrid no veía aro en los primeros 3 minutos, donde el Barça cogió 5 puntos de renta. Pero cuando Tucker y Tomic anotaron igualaron el partido ya que el Barça estaba desacertado en el tiro.
Los ataques de ambos equipos eran pausados, sin perder balones no forzados para evitar canastas fáciles al contraataque. Así, el partido se mantuvo todo el cuarto igualado, pero con artillería diferente. El Madrid martilleaba por dentro gracias a Tomic y el Barça por fuera, ya que Anderson y Sada se comieron a los exteriores blancos.
Tomaron el relevo de Navarro que estaba siendo marcado por Prigionni, que se olvidaba de la pelota y solo tenía ojos y manos para la Bomba, quien no anotaba, ni tampoco participaba en ataque, ya que el argentino no le dejaba tocar bola.
Nadie se hacía con el mando del partido, aunque el Madrid se sentía más cómodo ya que estaba dejando al Barça en unos porcentajes muy lejos de los habituales y tenía a la estrella del rival desconectada.
El Madrid en esos momentos perdonó la vida al Barça. En defensa estaban perfectos ya que muchos ataques de los culés terminaban sin lanzamiento por no encontrar oportunidades, pero en ataque desperdiciaba posiciones después de lanzar en condiciones ventajosas.
Terminó la primera mitad con empate a 30, un marcador bajo, de ritmo lento, físico y con Navarro desconocido. Todos los ingredientes que quería el Madrid antes del partido, ya que estaba desactivando aquello que en los últimos 2 años le estaba martirizando.
La segunda mitad comenzó con un ritmo anotador muy superior, y quizá por eso el Barça alcanzó la máxima ventaja del partido hasta ese instante, 7 puntos. Tuvo 4 ataques para ampliar esa ventaja pero no lo consiguió y eso dió alas al Madrid, que alejaba muchísimo al rival de la canasta.
Estaba el partido igual que en la primera mitad, con ataques sin acierto alguno y las defensas muy agresivas, permitiéndole al Madrid estar metido en el choque, aunque estuviese a 5 al final del tercer cuarto y con un Navarro irreconocible y superando el juego interior del Barça que tanto daño le había hecho en anteriores duelos.
Pero en el inicio de los últimos 10 minutos, el Barça encadenó varios ataques consecutivos anotando y el Madrid mantuvo el ritmo anotador de todo el partido. Ahí el partido se rompió, ya que la renta por primera vez alcanzó los 15 puntos. Pero el Madrid no bajó jamás los brazos, ya que siempre creyó en el partido, poniéndose a 5 a falta de 3 minutos para el final.
Sin embargo no fue suficiente, ya que a pesar de que la versión del Madrid de Messina fue la mejor del año, el Barça tiene un fondo de armario que le permite ganar con Navarro anotando menos de 10 puntos, con Pete y Basile en chándal, con Lakovic inédito y Ricky en una versión muy menor. Anderson se hizo con los galones y cerró el encuentro tanto en ataque como en defensa.
Al final la distancia fue de 8 puntos y la segunda copa consecutiva, la undécima victoria en 12 partidos contra los blancos y la sensación de que este equipo está haciendo historia, aunque necesitemos perspectiva para valorarlo como se merece.
No sabéis cómo nos gusta ver la cara a Floren!!!
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