Ante el Barça hay dos posibilidades para ganarle. Hacerle entrar en un ritmo loco de partido buscando anotar más de 80 puntos o bajar la cintura y defender lo más fuerte posible, entrando en una guerra de guerrillas que haga que el partido este cerca de los 60 puntos.
Ivanovic decidió que podía hacer las dos cosas. Por momentos lo consiguió, dejó en 2 puntos a Navarro, en 66 al equipo de Pascual, pero se olvidó que el Barça es la mejor defensa de Europa y que tiene tantos trajes como situaciones se le pueden plantear. Se puso a defender y venció una durísima final por 66 a 57.
Pascual, pensando en la movilidad de los pívots del Caja Labora, decidió dejar fuera a Perovic de la convocatoria dando entrada a Ingles. A gente como Lampe o Teletovic es mejor defenderla con hombres capaces de tener unos grandes movimientos laterales y capaces de salir fuera con facilidad para puntuar los tiros abiertos.
Ivanovic y sus chicos salieron con la clara intención de imponer un ritmo frenético al encuentro. En 5 minutos anotaron 10 puntos, terminando la segunda mitad con 18, algo destacable cuando delante tienes a la mejor defensa de Europa. San Emeterio y Lampe se mostraron imparables en ataque, llevando todo el peso ofensivo de su equipo.
El Caja Laboral llego a dominar por 4 a 10, pero la salida de Navarro al campo igualó el marcador, aunque la estrella culé no estuviese muy acertada de cara al aro. Los espacios son mayores si está la bomba en el parquet y de eso se aprovecharon Lorbek y Vázquez, ayudando al Barça para que terminase el primer cuarto por arriba en el marcador, 19 a 18.
Los siguientes 10 minutos estuvieron marcados por la mayor intensidad defensiva de ambos equipos, que provocaron numerosos errores en los lanzamientos, disminuyéndose el ritmo anotador. Al Caja Laboral se le abrió el cielo cuando el Barça entró en bonus con más de 5 minutos por jugarse y gracias a los tiros libres lograba mantener el ritmo del Barça.
Porque a pesar de ser una de sus mejores armas, el equipo de Ivanovic no buscaba el lanzamiento de tres, castigando con penetraciones a los pivots del Barça, que desaprovechó varias posiciones para distanciarse en el marcador, aunque gracias a su defensa pudo irse al descanso 1 punto arriba 34 a 33.
El Caja Laboral hizo de su pintura una zona prohibida. Solo Lorbek se atrevió a entrar, pero el resto de pívots fueron incapaces en la primera mitad de jugar por ahí, ya que la defensa baskonista rozaba la falta en cada jugada y los golpes eran más que frecuentes, aunque se olvidaron que el físico de los aleros culés les permite penetrar con facilidad.
Quedaba por ver si en los últimos 20 minutos el Caja Laboral podría mantener el ritmo y si el Barça podría ganar sin aparecer Juan Carlos Navarro. Lo primero fue lo que sucedió al inicio de la reanudación, pero un impresionante Lorbek mantenía a flote a su equipo, anotando tanto por dentro y por fuera. La anotación en los de Ivanovic era más coral. Teletovic, Bjelica y San Emeterio se encargaban de ello.
La igualdad se mantuvo en todo el tercer cuarto, en el que se vio a Pascual quejarse con vehemencia de la agresividad del rival, que a su parecer cometía falta cada vez que Navarro intentaba buscar el aro ya que desde el perímetro no conseguía anotar. Y sin sus puntos, a pesar del acierto de Lorbek y Vázquez, es muy difícil ganar a un equipo como el Caja Laboral, que entró en los últimos 10 minutos con 4 puntos de ventaja, 48 a 52.
El 4 de 19 desde la línea de 3 era una enorme losa para los culés que Pascual intentó remediar sacando en el inicio del último cuarto su quinteto más defensivo( Sada, Rabaseda, Eidson, Lorbek y N'Dong). En dos minutos, volvieron a tomar las riendas del marcador. Tan importante fue impedir las penetraciones como el acierto en cada ataque de Eidson y Lorbek.
Cada canasta costaba muchísimo conseguirla, por lo que los 8 puntos de ventaja que consiguió el Barça a falta de 4 minutos parecían un mundo imposible de remontar. Así lo fue, porque cuando tienes a un jugador como Lorbek en estado de gracia todo resulta mucho más fácil. Se fue hasta los 26 puntos, siendo el artífice de la victoria culé por 66 a 57.
Los instantes finales fueron un quiero y no puedo de los baskonistas, que veían con impotencia como la segunda unidad culé les sacó del partido casi sin enterarse. La defensa del Barça, liderada por Víctor Sada, llevó a su equipo a la tercera final consecutiva de la Copa, el día en que su mejor jugador solo anotó dos puntos.
No sabéis cuanto ha costado!!!
The Digital Garden.
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