Cuando en un partido hay 10 minutos másde descanso de los previstos, estamos hablando de un partido adulterado. Parabien o para mal, condiciona el transcurrir del partido. Es lo que ocurrió enCantu, donde el Barça se llevó la victoria por primera vez en su historia.
Un buen inicio de partido del Barça lepermitió adquirir pronto ventajas en el marcador. Parecía que los jugadoresquerían dar un puñetazo encima de la mesa nada más comenzar. A falta de 2minutos para el final, llegó a tener una ventaja de 9 a 16, fruto de un ataqueatrevido y rápido.
Ayudaba también la falta de agresividaden la defensa italiana, que permitía rebotes en ataque al Barça y canastas fáciles.Pero un tiempo muerto del técnico local hizo reaccionar a los suyos, dando unplus en defensa que hizo perder al Barça 3 pelotas seguidas, perdiendo toda suventaja, llegándose al final del primer cuarto con empate a 18.
El ritmo del partido estaba siendoalto, con ambos equipos sabiendo leer las defensas del rival. Todo lo contrarioen los primeros minutos del segundo cuarto, en el que cada canasta costaba unmundo. Los lanzamientos exteriores no entraban y la pintura era un campo de minas imposible deacceder con facilidad.
En el momento en que los dos equipos sevieron en bonus, el ritmo anotador creció y el Cantú comenzó a tener lasprimeras ventajas, pero no supo aprovechar los errores del Barça en el tirolibre y le dio aire. Entonces apareció Navarro con 5 puntos consecutivos quefacilitaron que su equipo se fuese al descanso con 2 puntos de ventaja, 33 a 35.
La segunda mitad estuvo determinada porel parón que hubo. Más de 25 minutos de descanso por un falló electrónico y lasdudas que eso comportó. Estaba por ver si al tener más tiempo de descanso elCantú podría recargar pilas para hacer frente a la mayor rotación del Barça.
De entrada los italianos salieronenchufadísimos. Dos triples rápidos le dieron de nuevo el mando en el marcador,pero no se quitó al Barça de encima. Tampoco lo hizo el Barça cuando tuvo 5puntos de ventaja. El partido era muy igualado y las rachas de uno y otroequipo hacían oscilar el liderato de un lado a otro.
En la montaña rusa que se estabaconvirtiendo el encuentro, surgió el nombre de Rabaseda. El único barcelonistaque salió reforzado de la Copay que tanto en defensa como en ataque se estaba convirtiendo en un referentepara su equipo, anotando tanto desde el perímetro como en penetraciones.
Era el único jugar del Barça que veíaaro desde fuera. Entro el resto de jugadores llevaban al descanso 1 de 10 desdela línea de 3. Aún así, el Barça comenzó el último cuarto con una renta de 2puntos que pronto la perdió. Unos ataques precipitados y seguidos de malasdefensas provocó que los italianos obtuviesen la mayor ventaja del partido, 6puntos a falta de 8 minutos.
Pasaban los minutos y el Barça noanotaba. Si no fuese por la defensa, el no meter una canasta en 5 minutos lehubiese dejado sin opciones. Sin embargo, se mantuvo pegado en el marcador.Como por fuera el Barça no veía el aro, encontraron la manera de llevar lapelota a N’Dong, que con varias canastas consecutivas, permitió al Barça entraren los 3 últimos minutos con ventaja, 58 a 59.
Los últimos instantes fueron un despropósitoofensivo, quizá como todo el encuentro. Un Barça que era incapaz de hacer moverla pelota para encontrar tiros cómodos, sobrevivió por el acierto en los tiroslibres y , como no, por la defensa, que fue al final quien le permitió ganar yasegurarse la primera plaza del grupo al vencer por 62 a 63.
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