diumenge, 19 de febrer del 2012

Final de Copa del Rey : F.C.Barcelona 74 - Real Madrid 91: Derrota sin paliativos.




El ataque del Madrid superó por completo la defensa del Barça. Pascual no encontró en su plantilla respuesta a la inspiración blanca y fue siempre a remolque del Madrid, que después de 19 años se alzaba con la Copa en territorio enemigo, con una clara victoria por  74 a 91. desquitándose de todas las humillaciones sufridas en los últimos 3 años.


( no es un error la foto, no...)


 


Los dos equipos comenzaron el partido siendo fieles a lo que se esperaba de ellos. El Barça aprovechando la superioridad de sus pivots jugando todos los ataques por dentro. El Madrid intentando abrir la defensa rival con su lanzamiento exterior y sus ataques rápidos.


Quien mejor interpretó su papel fue el Madrid. No porque el Barça estuviese mal, sino porque el acierto de los hombres de Laso fue casi perfecto. Acabaron el primer cuarto con 22 puntos a favor y 5 puntos de ventaja, comandados por un imparable Llull, que anotaba desde fuera y en penetraciones, obligando a Pascual a poner a Sada en su marca.


Todos los ataques del Barça pasaban por la pintura. N’Dong se aprovechó de la especial atención que recibía Lorbek. Atacaba bien el Barça, pero lo que no lograba era detener el ataque blanco, capaz de anotar en transiciones rápidas y en estático. Los aleros blancos jugaron cerca del aro y de espaldas haciendo muchísimo daño, manteniendo siempre la proyección en el marcador final de más de 80 puntos.


Así, poco a poco, la diferencia de los blancos se fue ampliando, llegando a ser de de 9 puntos a falta de 6 minutos para el final de la primera mitad. Por primera vez en mucho tiempo, la defensa del Barça no encontraba respuestas a todo el arsenal ofensivo que tenía delante, ya que los dos Sergios, el puesto más controvertido de los blancos, llevaron el ritmo del partido donde más le interesaba a su equipo y sin cometer errores.


Esto último permitía al Barça no poder correr, lo que acompañado de una más que aceptable defensa impedía cualquier posibilidad de canasta fácil. Así, la ansiedad fue entrando en la mente de los jugadores de Pascual. Era un escenario ideal para que el Madrid abriese brecha en el marcador, ya que Pascual rotaba de forma continuada para encontrar antídoto a las virtudes blancas.


Llegó a tener una máxima diferencia de 11 y se fue al descanso de 9,  33 a 42, con un triple en el último segundo de Llull. Fue una de esas jugadas claves. El Barça tuvo posesión para ponerse a 4, perdió el balón por querer correr demasiado y en 5 segundos recibió un triple, silenciando un Sant Jordi repleto de culés que no daban crédito a lo que veían.


La dificultad de la remontada era grande. Y aún más cuando se conoció que Eidson se lesionó el ligamento exterior de la rodilla en un choque con Suárez y no estaría disponible para Pascual en el resto del encuentro. Quedaba por ver si en el Sant Jordi, con más de 15000 personas en sus gradas,  se puede repetir la magia que se crea en el Palau Blaugrana  en las grandes ocasiones.


Y lo fue. El Barça entró en el partido. Lo hizo por la defensa, que rebajo el ritmo anotador del Madrid, mientras en ataque apareció Lorbek y Navarro anotaba sobretodo desde los tiros libres, ya que sus penetraciones siempre sacaba personal de tiro.  Tanto se metió que a falta de 3,53 para el final del tercer cuarto Laso tuvo que pedir un tiempo muerto porque veía como el Barça estaba a 1, 52 a 53.


Lo más difícil estaba hecho. Pero en el Madrid Llull y Mirotic estaban presentando respuesta, ya que dos triples suyos estaban manteniendo al Madrid con ventaja. Too el relevo Carroll, que tras el tiempo muerto, anotó 5 puntos consecutivos, dando de nuevo ventaja clara al Madrid.


Un equipo que ante cada golpe de efecto del Barça era capaz de responder con acciones de ataque que enfriaban los ánimos de los jugadores de Pascual, en los que Lorbek y Navarro habían salido al rescate, anotando todos los puntos de su equipo, que a pesar de todo el esfuerzo hecho, iniciaba el último cuarto con 9 de desventaja, ya que de nuevo Llull anotó sobre la bocina un triple impresionante.


Era la segunda sobre la bocina, algo que en partidos igualados significa muchas veces ganar o perder. 6 puntos en los últimos segundos, en jugadas calcadas, que hizo que un muy buen Barça no fuese capaz de ganar el tercer cuarto. Por si no fuera suficiente, Carroll inicio el cuarto con un triple, mientras a N’Dong se le salía una canasta de dentro.


A pesar de quedar 9 minutos y de ser una diferencia salvable, 12 puntos, nadie creía en la remontada. El Sant Jordi enmudeció, el Barça enloqueció en ataque y el Madrid continuaba con su juego sin desfallecer ni un instante. En un visto y no visto, la diferencia se fue a los 17 puntos, poniendo el candado a una final que la ganó el mejor desde el inicio al final, a pesar de los intentos desesperados del Barça por remediarlo. Al final terminó ganando por esos 17 puntos.


A la mejor defensa de Europa, el Madrid  fue capaz de tener porcentajes superiores al 60%, con anotación repartida entre todos sus hombres y con un estilete, el MVP de la final, como Llull. Cuando más cuestionado estaba siendo Laso, dio a la sección blanca un título que salva la temporada. Y es que son muchos años sin comer jamón.


No sabéis lo jodido que estamos!!!


The Digital Garden.


 



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