A Xavi Pascual le salió rana su primera jugada de la eliminatoria. Pretendía conseguir jugar en un Palau llenó y no fue así. Es más, se alejaba bastante de lo ideal, ya que había más sillas vacías que ocupadas, dando al partido un ambiente alejado de lo que se ahí se estaba jugando. Que no era otra cosa que la primera batalla para alcanzar la ACB. Aún con todo, el Barça fue brillante y ganó sin apuros.
En la pista no salió mal el Barça. Con una buena defensa desde el primer primer minuto, pudo correr y hacer canastas fáciles, lo que le dio pronto una ventaja de 7 puntos, 11 a 4. Pero dos faltas tontas de Navarro, mandaron a la estrella culé al banco y eso dejo sin referente a los locales.
Pero lo que sobretodo igualó el partido fue el rebote ofensivo. El Barça concedía una y otra vez segundas y terceras opciones de tiro a los malagueños, que aprovechaban para no despegarse mucho en el marcador. De hecho, siempre estuvieron pegados en el marcador, llegando al descanso con dos puntos de ventaja para los locales.
Fue así por el acierto desde el perímetro de Tripkovic y por el poderío interior de Freeland, que hicieron que siempre que el Barça conseguía correr y anotar con facilidad, no pudiese romper el partido, a pesar que por momentos, se viese algo de aquel juego fluido y vertiginoso que hizo grande al Barça la temporada pasada.
Era así porque los de Pascual movían la pelota con sentido, haciendo jugar a sus hombres altos para encontrar espacios por fuera, que fueron aprovechados por Ingles y Anderson. Pero no se conseguían enlazar 5 minutos seguidos con esa dinámica, lo que hizo que el partido fuese siempre igualado.
Intentó el Barça romperlo desde el inició de la segunda mitad, en la que a pesar de seguir concediendo segundas oportunidades a los visitantes, cerro el aro en defensa y con un parcial de 7 a 0 en los primeros 3 minutos abrió el partido por primera vez, obligando a Chus Mateo ha intentar detener la sangría con un tiempo muerto.
La primera canasta malacitana llegó a los cinco minutos, cuando el Barça ya jugaba cómodamente en ventajas superiores a la decena. Lo único que parecía ir mal para los culés era que Navarro cometió la tercera falta con más de 15 minutos por jugarse, aunque el partido se rompió por la fuerte defensa y no por el acierto en ataque.
Y así fue como el Barça logró llegar al inicio del último cuarto con 15 puntos de ventaja, a pesar de que su máxima estrella se pasase más tiempo en el banco que en la cancha. El Unicaja tan solo anotó 7 puntos en el tercer cuarto, haciendo que su superioridad en el rebote no sirviese para nada.
Nada cambio en el último cuarto. El Barça entró en velocidad de crucero y mantuvo siempre las distancias. La dirección de Sada fue excelente, se vieron canastas por encima del aro después de mucho tiempo y el pase extra que marea a los rivales.
Pero sobretodo lo que volvió por momentos en el Palau es la sensación de una defensa asfixiante que anula por completo al oponente y permite correr al Barça, que es como se muestra más intratable para los rivales.
Al final, 76 a 65 en el marcador, con los mejores minutos de baloncesto se han visto en el Palau justo cuando comienza a jugarse la temporada. Que será buena o no dependiendo de cómo acabe la ACB. De momento, en la primera batalla, la nota fue alta.
No sabéis que ganas de buen baloncesto teníamos!!!
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